Este
pequeñísimo mamífero insectívoro de hocico alargado, de sólo 6 cm, honra con su
presencia nuestro centro educativo, hablando de la calidad excepcional de
conservación del entorno.
Es
muy animal difícil de ver o encontrar porque por su poco peso, no se suelen
encontrar sus huellas en zonas húmedas. Marcan 5 dedos en vez de cuatro, como
los ratones de campo. A veces se pueden escuchar los ultrasonidos que emiten,
levemente audibles. Nunca hemos tenido noticia de ninguno en la zona.
Aunque
no está amenazado, es poco frecuente en el sur de España y más, si nos movemos
hacia el este, ya que gusta de hábitats de bosques caducifólios como nuestro
bosque de ribera, donde busca pequeños invertebrados entre la hojarasca. Goza
de una especial protección por el Convenio de Berna; ratificado por España el
13 de mayo de 1986, lo incluye dentro del anexo III (animales cuya
supervivencia podría verse amenazada de no adoptarse especiales prevenciones).
Los
alumnos lo encontraron muerto. Parece una hembra embarazada que no sufrió
ninguna muerte violenta, por lo que podría haber tenido una muerte natural
(sólo viven 2 años), o no haber encontrado suficiente comida, por la
inactividad de los invertebrados que forman su dieta, en los días de frío
pasados. La musaraña tiene unas necesidades metabólicas muy altas comiendo casi
su peso a diario y más si estaba para criar.
Nos
ha alegrado ver la actitud respetuosa frente al animal que mostraron los alumnos.
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