En marzo se hicieron unos rescates de huevos de sapo
corredor (Epidalea calamita) cerca
del centro, estaban a punto de secarse por las escasas precipitaciones y no
había previsión de lluvia. Los charcos de montaña donde suelen hacer las
puestas suelen ser muy temporales, pero son capaces de realizar la
transformación y salir a tierra en tan sólo 2 meses. Esos puntos de agua los
seguimos semanalmente, colaborando con la Asociación Herpetológica Granadina.
Algunos de esos cordones de huevos los llevamos al centro
para su cuidado y concienciación de los alumnos sobre muchos aspectos como las
enfermedades que están sufriendo los anfibios, las conductas respetuosas
necesarias y su papel en los ecosistemas. Los niños pudieron disfrutar del
proceso increíble de la metamorfosis y la mayoría de las larvas se liberaron
pronto en la charca del cole donde pudieron completar el ciclo y volver como
diminutos sapos juveniles a la montaña. Los alumnos de otros colegios como
Vistillas, San Cristóbal u otros visitantes como unos profesores de la
Universidad de Valencia o profesoras de un colegio de Madrid también han podido
aprender de esta interesante actividad de educación ambiental.
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