
Pero a la vuelta del verano nos encontramos que habían echado un nuevo suelo de cemento (debido al derrumbamiento del suelo del desagüe) y habían tapado por completo el charquito de piedras y cemento que con tanto esfuerzo hicieron los niños para reconducir el agua de la fuente. Los alumnos se sorprendieron como nosotros y propusieron posibles soluciones para reparar el daño. Al final mediante otro sistema distinto al inicialmente planteado se ha conseguido que el agua que cae acabe en las charcas de las aves.
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